En el surrealista y enigmático mundo de un sueño que desdibuja la realidad, dos amantes no logran escapar de sus propios demonios y de un destino fatal. La historia comienza con una escena icónica: un ojo siendo cortado con una navaja, un acto que marca el tono de la película. A medida que avanzamos, nos encontramos con un joven que atraviesa diversas visiones absurdas y sin sentido, donde el tiempo se distorsiona y los espacios se funden. La trama sigue a una mujer, atrapada entre el deseo y la repulsión, mientras busca respuestas a sus confusos sentimientos.
En el transcurso de la narrativa, aparecen elementos desconcertantes, como un piano que da paso a un surrealista juego de luces y sombras, diferentes objetos surrealistas que desafían la lógica y que parecen hablar de forma críptica sobre la psicología humana. La historia se desliza entre la obsesión, la violencia y la desesperación, dejando al espectador con una sensación de inquietud y asombro.
El amor, el deseo y la muerte se entrelazan en una danza macabra que trasciende la comprensión, convirtiéndose en un viaje alucinante que desafía las convenciones del cine y las narrativas tradicionales. Con un lenguaje visual que jamás se olvida, esta obra maestra invita a reflexionar sobre la naturaleza de los sueños y los instintos más salvajes y oscuros del ser humano, un verdadero festín para la mente.