En esta conmovedora película japonesa dirigida por Hiroshi Teshigahara, nos encontramos en un mundo donde los muertos llegan a un peculiar lugar intermedio, una especie de oficina celestial, antes de determinar qué hacer con sus vidas pasadas. Aquí, cada alma tiene que elegir un único recuerdo de su vida para ser preservado y, en última instancia, ser reencarnada.
La historia sigue a un grupo de personajes variados que, en su viaje al más allá, tienen que lidiar con su pasado, sus arrepentimientos y momentos de felicidad. Un joven que lleva consigo un recuerdo muy especial, una anciana que añora su infancia, y un hombre que nunca encontró su propósito, son solo algunos de los que se cruzan en este surrealista escenario. A medida que comparten sus historias, se generan conexiones profundas y reflexiones sobre la vida y la muerte, invitando al espectador a contemplar la naturaleza de la existencia misma.
La atmósfera melancólica se complementa con una estética visual sorprendente y una banda sonora que evoca emociones a flor de piel. A través de estos entrañables personajes, la película explora temas como la memoria, el amor, la pérdida y la redención, dejando al público con una sensación agridulce que perdura mucho después de que los créditos han terminado. Con un enfoque poético y filosófico, la obra desafía nuestras ideas sobre lo que significa vivir y lo que realmente importa en el gran esquema de la vida.