En un tranquilo suburbio, el joven Peter se enfrenta a una verdadera pesadilla: su querido abuelo, al que siempre ha admirado, se muda a su casa. Lo que debería ser una forma de estrechar la relación entre abuelos y nietos se convierte en una guerra de ingenio y travesuras cuando el abuelo Ed decide ocupar la habitación de Peter, obligándolo a mudarse al ático. A medida que la convivencia se torna cada vez más tensa, Peter no se queda de brazos cruzados y lanza un ataque sorpresa con una serie de bromas que harían temblar a cualquier rival.