En un pequeño y pintoresco pueblo de Wisconsin durante la década de 1930, la vida de una comunidad agrícola se entrelaza con las sencillas, pero significativas experiencias cotidianas de una niña llamada Selina. A través de sus ojos, conocemos a su padre, un soñador y optimista granjero, que a pesar de las adversidades siempre encuentra el lado positivo de la vida. Por otro lado, su madre es el pilar de la familia, una mujer pragmática que lucha por mantener la armonía en su hogar.