Un hombre inocente se convierte en fugitivo de la justicia mientras trata de reconstruir los hechos que le implicaron en un asesinato y un robo que no cometió.
Siendo Napoleón emperador de Francia, a un estafador de poca monta lo confunden con el temible Inspector General, un enviado oficial de Bonaparte para controlar y acabar con la corrupción generalizada en los vastos territorios del imperio.