En un idílico suburbio de Connecticut en los años 50, Cathy Whitaker es la perfecta ama de casa, símbolo del sueño americano. Casada con un próspero ejecutivo, se esfuerza por ser la anfitriona ideal, organizando fiestas y cuidando de sus dos hijos. Sin embargo, su vida comienza a desmoronarse cuando descubre que su esposo, Frank, lucha con sus verdaderos deseos y secretos oscuros, revelando que es homosexual y no puede mantenerse alejado de la angustia que esto le genera.