En un Moscú de los años 60, un ingeniero mecánico de espíritu noble y algo naif se convierte en una especie de Robin Hood moderno. Su vida da un giro inesperado cuando, tras ser testigo de los abusos y la corrupción a su alrededor, decide que ya es suficiente. A medida que se siente desilusionado con el sistema y los valores distorsionados de la sociedad, decide tomar cartas en el asunto de una manera poco convencional: roba coches de lujo a los adinerados para devolverlos a sus propietarios legítimos, quienes no siempre los aprecian debido a su estilo de vida opulento y deshonesto.
Con una mezcla de humor y sátira, el protagonista se adentra en el mundo del crimen, conociendo a personajes entrañables y otros más oscuros. Sin embargo, su misión no es solo una cruzada contra la inequidad; también es un viaje personal en busca de su propia integridad y sentido de propósito. A medida que va acumulando un pequeño ejército de seguidores y cómplices, también se enfrenta a las autoridades que, aunque a menudo ridiculizadas, están decididas a llevarlo ante la justicia.
A lo largo de la trama, se exploran temas como la lucha de clases, la moralidad y la alienación, todo envuelto en una narrativa que mantiene al espectador atento, reflexionando sobre la naturaleza de la justicia y el costo de ser un héroe en un mundo que a menudo parece no tener lugar para ellos. Una película que sigue siendo relevante y provocadora, incluso décadas después de su estreno.