En un tranquilo pueblo rural de Inglaterra durante el siglo XVIII, la llegada de un extraño descubrimiento desata una serie de eventos macabros. Un campesino encuentra un cráneo diabólico enterrado en su campo y, sin saberlo, su hallazgo actúa como un catalizador para la reactivación de fuerzas oscuras que han estado latentes. A medida que los rumores del descubrimiento se esparcen, la atmósfera del pueblo se torna cada vez más tensa y sospechosa.
Al mismo tiempo, un joven juez llega al pueblo para investigar una serie de extraños suicidios y desapariciones. Mientras busca respuestas, se encuentra atrapado en una red de misterio y paranoia, donde los habitantes comienzan a comportarse de manera errática y desenfrenada, mostrando signos de posesión y caos. Una joven llamada Angel resurge como figura central, pues se ha convertido en la líder de un grupo de adolescentes que practican rituales oscuros bajo la influencia de la misteriosa entidad que parece haber despertado en el pueblo.
El juez, atrapado entre las tradiciones de la comunidad y la creciente influencia del mal, debe luchar no solo contra las fuerzas sobrenaturales, sino también contra la desconfianza que crece entre él y los pobladores. Con inquietantes imágenes de violencia y una atmósfera opresiva, el pueblo se convierte en un campo de batalla donde la lucha entre el bien y el mal se hace cada vez más evidente y sangrienta. En un giro escalofriante, la verdadera naturaleza del mal se revela, dejando a todos cuestionando su propia moralidad y destinos.