Un grupo de adinerados amigos se reúne en una mansión para disfrutar de una cena elegante, llena de risas y sofisticados diálogos. Sin embargo, el ambiente festivo pronto se transforma en un inquietante laberinto de angustia y desesperación cuando, tras la cena, los invitados descubren que no pueden abandonar la casa. A medida que el tiempo avanza, se establece un extraño fenómeno: ninguna de las personas puede cruzar la puerta, como si una fuerza sobrenatural les retuviera en un limbo absurdo.
Con cada intento de fuga, las tensiones empiezan a aumentar y la cordialidad se convierte en rivalidad. La civilización se desmorona lentamente mientras los personajes, que en un principio parecían aristocráticos y educados, comienzan a revelar sus verdaderas facetas. Entre intrigas, secretos oscuros y el aumento de la desesperación, la lucha por la supervivencia y la locura se hacen evidentes. Los lujos y placeres de la vida civilizada se desploman, dejando al grupo en un estado primitivo, donde se enfrentan a su propia naturaleza egoísta y cruel.
La atmósfera, cargada de simbolismo y surrealismo, invita al espectador a reflexionar sobre el individuo, la clase social y las barreras que nos aíslan. A medida que las horas se convierten en días, el encierro se vuelve un espejo de las limitaciones de la sociedad y la condición humana. La película establece un potente comentario social mientras aborda la fragilidad de la civilización en momentos de crisis.