Arthur Bishop es un experto asesino a sueldo con una ética muy particular: solo acepta trabajos que considere “limpios” y que requieran su excepcional habilidad para crear muertes que aparenten accidentes. Su vida, marcada por el sigilo y la soledad, da un giro inesperado cuando su mentor y figura paterna, Harry, es traicionado y asesinado. Con una mezcla de venganza y dolor, Bishop se embarca en una misión para ajustar cuentas y encontró que los lazos familiares, aunque complejos, pueden convertirse en un motor de impulsos y decisiones inesperadas.
Entra en escena Steve, un joven impulsivo y un tanto problemático que busca convertirse en un asesino tan hábil como su padre adoptivo. Bishop acepta entrenarlo, pero mientras lo hace, se ve atrapado en un torbellino emocional. Entre esto y su intento de cumplir con su venganza, la línea entre mentor y protegido se vuelve difusa. A medida que ambos se enfrentan a su propia moralidad y al mundo peligroso en el que habitan, la trama se intensifica. Con espectaculares escenas de acción y giros inesperados, la historia se convierte en un juego mortal de inteligencia y táctica. La relación entre Bishop y Steve se transforma en un juego de gato y ratón, poniendo a prueba no solo su lealtad, sino también su capacidad para sobrevivir en un mundo donde nadie es de fiar. La tensión aumenta, llevando al espectador a preguntarse si el verdadero peligro no proviene de otros, sino de uno mismo.