En una sombría Praga de la víspera de la Segunda Guerra Mundial, un hombre atrapado entre la rutina de su trabajo y la pesadilla de un mundo en descomposición enfrenta el colapso de su propia identidad. Sin embargo, este no es cualquier hombre: es un funcionario de funerarias que se siente profundamente fascinado por su labor de cremación. Su vida transcurre en su medio gris, rodeado de cuerpos y cenizas, donde la muerte se convierte en un artífice de su existencia. Poco a poco, se sumerge en su mundo de rituales macabros y elucubraciones filosóficas, convencido de que el poder de la vida y la muerte reside en su capacidad para manipular lo que ya no es.
La trama se intensifica cuando comienza a desarrollar una obsesión por una joven que se convierte no solo en un objeto de deseo, sino también en el símbolo de sus propias aspiraciones frustradas. Entre un entorno opresor y la llegada inminente de la guerra, cada acción se transforma en una reflexión sobre la mortalidad, la burocracia y el absurdo del ser humano. Conforme se ahonda en su propia locura, la línea entre lo real y lo imaginario se vuelve difusa, convirtiendo su vida en un reflejo distorsionado de la opresión y la degradación del espíritu humano.
A medida que se despliega la narrativa, el espectador se encuentra inmerso en un viaje inquietante, donde las sombras del pasado se entrelazan con un futuro incierto, dejando una sensación duradera de melancolía y desasosiego.