En la decadente Los Ángeles de los años 80, un grupo de personajes interconectados navega por la superficialidad y la desilusión de una cultura de excesos. Entre ellos, un joven Michael, atrapado en un torbellino de fiestas y drogas, debe lidiar con la ausencia emocional de su padre, un productor de Hollywood envuelto en relaciones tóxicas y un estilo de vida destructivo. Las traiciones y la superficialidad son moneda corriente en esta sociedad donde los deseos más oscuros se entrelazan con una búsqueda insaciable de placer.
Mientras tanto, la historia de una femme fatale, que juega con el fuego emocional de quienes la rodean, añade una capa de tensión a la narrativa. En paralelo, un hombre obsesionado con la fama y el reconocimiento se sumerge en un mundo de glamour y decepción, arrastrando consigo a aquellos que se cruzan en su camino. Las interacciones entre estos personajes revelan un profundo vacío, dejando en claro que, a pesar de las apariencias, todos están lidiando con sus propios demonios.
A medida que los destinos de estos personajes se entrelazan, se desata una serie de eventos impredecibles que ponen a prueba sus relaciones y sus valores. La película nos lleva a un viaje emocional a través de la vida de estos soñadores perdidos en un mundo donde la moralidad es cuestionable y la redención parece lejana. La oscuridad de la narrativa ilumina una crítica mordaz a una década llena de excesos y anhelos insatisfechos, dejando al espectador reflexionando sobre el verdadero significado de la conexión humana.