En el bullicioso Londres de principios del siglo XX, un excéntrico profesor de fonética, Henry Higgins, se encuentra obsesionado con un experimento audaz: transformar a una humilde florista de Covent Garden, Eliza Doolittle, en una dama de la alta sociedad, simplemente enseñándole a hablar con un acento refinado. Con su enfoque meticuloso y algo arrogante, Higgins se propone demostrar que el habla puede cambiar el destino de una persona, sin importarle las implicaciones morales de sus acciones.
Eliza, una joven vivaz con un fuerte acento cockney, inicialmente es escéptica, pero se deja llevar por la curiosidad y la promesa de una vida mejor. A medida que avanza el proceso, las lecciones se convierten en algo más que una simple transformación lingüística. A ratos cómica, a ratos conmovedora, la relación entre Higgin y Eliza se torna cada vez más compleja, revelando tanto las brechas de clase como las sutiles (y a veces no tan sutiles) dinámicas de poder.
Mientras Eliza se adapta a su nuevo rol en la sociedad, comienza a cuestionar su identidad y el propósito de su transformación. En un climáx de emociones y revelaciones, ambos personajes tendrán que confrontar lo que realmente significa el cambio, el amor y la lucha por la autodeterminación, dejando clara la pregunta: ¿puede un simple cambio en el habla transformar el alma de una persona?