En el Londres de los años 60, una joven llamada Carol vive atrapada en un pequeño y oscuro apartamento, donde la soledad y el miedo empiezan a consumirla. Desde el principio, se percibe que hay algo inquietante en su comportamiento: su aversión al contacto humano y su incapacidad para establecer relaciones normales la sumergen en un estado de angustia constante. Carol es una manicura que trabaja en un salón, pero cada día se siente más aislada, mientras su mente comienza a deteriorarse.
La situación empeora cuando su hermana, que la ha estado cuidando, decide mudarse con su pareja. De repente, Carol se encuentra sola en su espacio claustrofóbico, donde los ruidos de las calles y las sombras de su propio mundo parecen cobrar vida. A medida que el tiempo avanza, las visiones perturbadoras y la paranoia se apoderan de su mente; los hombres que antes le parecían indiferentes ahora la aterrorizan.
La tensión psicológica se incrementa en un espiral descendente de locura, haciendo que el espectador sienta la presión y la desesperación de Carol. Su lucha por mantener el control se vuelve cada vez más desesperada, mientras la realidad y la fantasía se entrelazan de forma aterradora. En una trama que explora la fragilidad de la mente humana, el desenlace culmina en un clímax escalofriante, donde lo que se había mantenido oculto finalmente emerge, dejando una huella indeleble en la psique de quien se atreve a observar.