En el Londres de la década de 1930, una joven y hermosa bailarina llamada la señorita Mary (interpretada por Mae Clarke) vive su vida al borde de la desesperación y la esperanza. Tras ser despedida de su trabajo en un cabaret, se encuentra vagando por las calles de la ciudad, donde el ambiente de incertidumbre previo a la guerra se siente en cada esquina. Durante su deambular, se cruza con un oficial del ejército, el capitán Chris (vivido por el carismático Baltasar), quien se convierte en su luz en medio de la oscuridad.
Con el romance floreciendo entre ellos, los dos caen locamente enamorados, disfrutando de momentos de alegría y ternura en el emblemático Puente de Waterloo. Sin embargo, la felicidad se ve amenazada cuando Chris es llamado a servir en el frente. La separación es devastadora, y mientras la guerra se intensifica, Mary enfrenta la dura realidad de la vida sin él. Los días parecen interminables, y la incertidumbre se convierte en su compañera constante.
A medida que los horrores de la guerra se desatan, la historia se vuelve un retrato conmovedor de los sacrificios y las pérdidas que se sufren en tiempos de conflicto. La espera de Mary se torna desesperante, dejando al espectador preguntándose si el amor puede sobrevivir a la brutalidad de la guerra. Con una narrativa que mezcla emociones intensas y tragedia, este drama es un viaje por el amor, la pérdida y la resiliencia humana.