En una sociedad marcada por el materialismo y la alienación, un joven matrimonio decide emprender un viaje surrealista para pasar un fin de semana en el campo. Lo que comienza como una escapada idílica pronto se transforma en un caos existencial cuando los protagonistas se ven atrapados en un torrente de circunstancias absurdas y encuentros extraños. Al volante de su coche, enfrentan una autopista desolada llena de conflictos, manifestaciones y una serie de personajes excéntricos que socavan cada uno de sus planes.
A medida que la pareja se encuentra con un mundo cada vez más desquiciado, la película revela una crítica mordaz sobre la vida moderna y nuestra desconexión del verdadero significado de la existencia. Se ven envueltos en una serie de situaciones que oscilan entre lo hilarante y lo inquietante, desde encuentros con un grupo de franceses que discuten sobre la moralidad, hasta un accidente que expone la hipocresía de las relaciones humanas.
Con un estilo visual innovador y un uso audaz del color y la edición, el director logra crear una experiencia que siente tan vertiginosa como provocativa. Con diálogos ingeniosos y una narrativa no lineal, la película invita al espectador a cuestionar su propia realidad en un viaje que se siente como un disparo directo a las convenciones sociales. Esta producción se convierte en un espejo distorsionado, reflejando las ansias y frustraciones de una generación perdida en busca de sentido y autenticidad.