En un pintoresco y nostálgico vecindario, una solitaria mujer llamada Leila, que lleva una vida rutinaria rodeada de recuerdos tristes, encuentra a un hombre enigmático que acaba de mudarse a la casa de al lado. Se llama Bill y, a primera vista, parece ser el antídoto perfecto para la melancolía que la envuelve. Con el tiempo, una conexión genuina comienza a florecer entre ellos, marcada por momentos de ternura y risas en medio del crujir de las hojas de otoño.
A medida que se conocen más, Leila comienza a revelarle sus inseguridades y el dolor de su pasado. Bill, por su parte, tiene sus propios demonios que enfrenta silenciosamente. La atmósfera entre ellos se vuelve cada vez más íntima, pero también se presenta un obstáculo: el hecho de que Bill está lidiando con un oscuro secreto que amenaza con destruir su felicidad recién descubierta.
Mientras las hojas caen y el paisaje cambia a su alrededor, la pareja se ve obligada a enfrentarse a sus miedos y a lo que realmente significa amar y ser amado. En este viaje emocional, la película explora los temas del amor, la pérdida y la redención, y nos recuerda que, a veces, es en los momentos más vulnerables donde encontramos la verdadera esencia de lo que significa ser humano. Con un final conmovedor y profundo, la historia de Leila y Bill se convierte en una reflexión sobre la fragilidad de las relaciones y la belleza de arriesgarse a amar nuevamente.