En un sombrío y escalofriante Japón de la era Edo, un joven pintor dedicado recibe un encargo inesperado: retratar la vida en el infierno según la visión de un budista. Este reto lo lleva a un viaje inquietante que revela los oscuros secretos del alma humana y las terribles consecuencias de sus actos. Mientras trabaja en su obra, el pintor se encuentra en medio de un monstruoso torbellino de emociones y visiones de tortura, desesperación y redención.
A medida que se sumerge más en su trabajo, las imágenes del infierno que crea pronto comienzan a obsesionarlo, llevándolo a una espiral de culpa y ansiedad. Atrapado entre la ambición de alcanzar la perfección artística y la carga de sus decisiones, se ve obligado a confrontar sus propios demonios internos. Los espíritus de las almas condenadas a sufrir en el más allá empiezan a aparecer en su vida, despertando su conciencia y obligándolo a reflexionar sobre cómo sus elecciones moldean su destino.
A través de una narrativa que combina la belleza visual y el horror psicológico, este relato visceral explora temas universales como la culpa, el arrepentimiento y la búsqueda de la redención. Cada trazo del pincel no solo plasma el sufrimiento de los condenados, sino que también sirve como un espejo que refleja las luchas y anhelos del propio artista, haciendo que el público se cuestioné la naturaleza de la vida y la muerte.