En el desierto de California a finales de los años 60, una intensa cacería se desata cuando un joven nativo americano, Willi Boy, se convierte en el blanco de la ley tras un trágico malentendido. Después de que él y su amada, una mujer indígena, se ven envueltos en un conflicto con el padre de ella, la situación se torna violenta y Willi Boy se ve forzado a huir. La historia se desarrolla en un contexto donde la tensión entre las comunidades indígenas y la población blanca es palpable, lo que añade un trasfondo crítico a la narrativa.
La cacería se intensifica cuando un sheriff y un grupo de hombres armados se ponen tras la pista de Willi Boy, decidido a devolver la "justicia" a su pueblo. Sin embargo, lo que parecía ser una simple persecución pronto se convierte en una exploración profunda de la identidad, la opresión y la lucha por la libertad. En su búsqueda por salvarse y reunirse con su amada, Willi Boy deja un rastro de dignidad que desafía las convenciones de su tiempo.
Mientras los cazadores se convierten en los verdaderos villanos de la historia, el filme cuestiona las ideas preconcebidas sobre la ley, la moralidad y quiénes son realmente los salvajes. Con un paisaje árido de fondo, esta historia de amor y lucha por la dignidad humana transforma el western clásico en una reflexión sobre el sufrimiento y la resistencia de las comunidades nativas.