En la Italia de la postguerra, Antonio Ricci es un hombre humilde que, tras muchos meses de búsqueda de empleo, finalmente consigue un trabajo que puede cambiar su suerte: un puesto que requiere el uso de una bicicleta. Con la esperanza de un futuro mejor, Antonio vende todo lo que tiene para comprar una bicicleta. Sin embargo, su alegría se ve truncada cuando, en su primer día de trabajo, alguien le roba su preciada bicicleta. Desesperado y sin empleo, Antonio se embarca en una angustiante búsqueda por las calles de Roma, acompañado por su pequeño hijo Bruno, que intenta comprender la gravedad de la situación mientras sigue la sombra de su padre.
A medida que los dos recorren la ciudad, se enfrentan a la dura realidad de la pobreza y la lucha por la supervivencia. La relación entre padre e hijo se profundiza mientras viven momentos de desesperación, esperanza y amor incondicional. Cada encuentro revela la lucha de una sociedad marcada por la miseria y la desolación, y la dignidad humana se pone a prueba a cada paso.
La película es un retrato conmovedor de la desesperanza y la lucha diaria, mostrando cómo un objeto tan simple como una bicicleta puede simbolizar sueños frágiles y la lucha por un futuro mejor. La conexión emocional entre Antonio y Bruno es el corazón de la historia, resaltando la resiliencia familiar en tiempos difíciles. En el fondo, es una reflexión poderosa sobre la esperanza y el amor en un mundo que parece haberse olvidado de ellos.