En un pequeño pueblo checo durante el siglo XVII, un clima de paranoia y superstición se apodera de la comunidad. La historia sigue a un grupo de aldeanos que, influenciados por las creencias en la brujería, comienzan a cazar a aquellos que consideran "diferentes". En el centro del caos se encuentra un joven que, tras perder a su madre en un fatídico juicio de brujas, se convierte en un testigo clave de la injusticia que se desata a su alrededor.
El ambiente se torna cada vez más oscuro cuando un fervor religioso alimenta la caza de brujas y los líderes del pueblo, deseosos de mantener el poder y el control, manipulan el miedo colectivo para llevar a cabo acusaciones infundadas. La atmósfera se espesa cuando la figura del temido inquisidor llega al pueblo, dispuesto a exprimir confesiones a cualquier precio. Las torturas y las falsas acusaciones se convierten en pan de cada día, dejando a los ciudadanos sumidos en un mar de angustia, desconfianza y traición.
A medida que el joven se adentra en la gruesa trama de mentiras y manipulaciones, comienza a entender que la verdadera brujería reside en la capacidad de los hombres para corromper y destruir. En esta lucha por la verdad y la inocencia, el espectador se sumerge en un relato inquietante, que refleja no solo la brutalidad de la época, sino también los ecos de la caza de brujas que siguen resonando en la humanidad.