En una Rusia post-soviética, un poeta exiliado, Andrei, regresa a su tierra natal después de años de vivir en Occidente. Desgastado por el tiempo y la distancia, se encuentra atrapado entre dos mundos: el hogar que una vez conoció y el nuevo que ha abrazado. Con una cámara como su única compañía, Andrei comienza a explorar los paisajes de su infancia, reviviendo recuerdos que se desvanecen como el humo. Mientras pasea por antiguas calles y visita lugares emblemáticos, el eco de su pasado le golpea con nostalgia, desenterrando viejas heridas que creía cerradas.
A lo largo de su viaje, Andrei conoce a un joven idealista que busca su lugar en un mundo cambiante. Este encuentro lo lleva a reflexionar sobre el significado del hogar y la identidad. La relación entre ambos se convierte en un espejo de las aspiraciones de una generación que anhela algo más que lo que la realidad les ofrece. Las conversaciones filosóficas y poéticas entre ellos son el motor de la trama, tejiendo una reflexión profunda sobre el sentido de pertenencia y el paso del tiempo.
A medida que Andrei navega por sus recuerdos y enfrenta sus miedos, se sumerge en un torbellino emocional. La belleza del paisaje ruso, capturada en imágenes evocadoras y una banda sonora melancólica, se convierte en un personaje más, amplificando la lucha interna del protagonista. El viaje de Andrei es un recordatorio de que, a veces, el camino hacia la redención comienza al enfrentarse a nuestras raíces y aceptar lo que hemos perdido.