En la China del siglo XVII, un joven llamado San Te, interpretado por el carismático Gordon Liu, es un aprendiz de un humilde sastre en la ciudad de Foshan, que se ve atrapado en el caos de luchas entre clanes y la opresión de los manchúes. Cuando su pueblo es atacado y varios de sus seres queridos son víctimas de la violencia, San Te decide unirse a la causa y lucha para proteger a su gente. Sin embargo, rápidamente se da cuenta de que no cuenta con las habilidades necesarias para enfrentar a sus enemigos.
Movido por su deseo de venganza y la necesidad de aprender Kung Fu, su única esperanza radica en el famoso Templo Shaolin. San Te se embarca en un viaje lleno de desafíos, enfrentándose a su propia falta de habilidad y la severidad del entrenamiento que se le impone. A través de ensayos y perseverancia, San Te se enfrenta a antiguos maestros, camaradas y sus propios miedos, mientras aprende los secretos de las 36 habitaciones del templo, cada una enseñándole diferentes estilos y formas de combate.
La película es una celebración épica de la superación personal, con un toque de humor y acción a raudales. Al final, San Te se transforma en un maestro en sí mismo, listo para devolver la justicia a su pueblo y enfrentar a los tiranos que los han oprimido, convirtiéndose en un símbolo de esperanza para todos los que sufren.