En una inquietante combinación de horror y drama psicológico, conocemos a Mark Lewis, un joven camaraoperator que trabaja en una productora de cine. Sin embargo, su pasión por el cine tiene un lado oscuro: está obsesionado con capturar la esencia del miedo humano. Para ello, utiliza una cámara de cine más que para producir arte; la ha convertido en su arma, filmando las reacciones de sus víctimas antes de asesinarlas. La historia se desarrolla en el Londres de los años 60, donde Mark se desplaza por la ciudad, interactuando con mujeres jóvenes a quienes les ofrece su ayuda con sus aspiraciones artísticas.
A medida que su vida se entrelaza con la de un grupo de actores y cineastas, Mark se siente atraído por la bella y vulnerable Helen, quien empieza a ver más allá de su frías exterior. Mientras su relación se intensifica, la obsesión de Mark empieza a desbordarse y sus peligrosas inclinaciones se convierten en un juego mortal. La película explora temas de voyeurismo, la naturaleza del arte y la delgada línea entre el amor y la locura. A medida que la tensión crece y los secretos se revelan, la pregunta sobre quién es realmente el monstruo comienza a desdibujarse, llevando al espectador a una experiencia electrizante y perturbadora que desafiará nuestros límites morales. Es un viaje escalofriante que dejará huella mucho después de que los créditos hayan terminado.