En la Yugoslavia de los años 80, la paranoia y el espionaje son el pan de cada día. La historia sigue a un hombre mayor, un exespía que ha vivido una vida llena de secretos y traiciones, pero que ahora lleva una vida tranquila en su vecindario. Sin embargo, su rutina se interrumpe cuando comienza a sospechar que su nuevo inquilino es un agente encubierto del gobierno, llevando a un espiral de absurdos malentendidos y paranoia.
El protagonista, con su mente perspicaz pero también algo desequilibrada, se obsesiona con esta idea y decide emprender su propia investigación, revelando una serie de situaciones cómicas y surrealistas. Con un sentido del humor mordaz, la película explora la locura de vivir en un estado de constante vigilancia, donde cualquier movimiento puede ser malinterpretado y donde la desconfianza se vuelve un estilo de vida.
A medida que su paranoia se intensifica, los límites entre la realidad y la fantasía se difuminan, aumentando el caos en su hogar y su entorno. Rodeado de personajes excéntricos, cada uno con sus propias agendas, la trama se convierte en una crítica mordaz de la burocracia y la desconfianza en la sociedad, mientras el protagonista intenta desenredar los hilos de su obsesión. Entre risas y momentos de tensión, la película ofrece una mirada aguda sobre la locura del espionaje y los efectos corrosivos de la desconfianza entre amigos y vecinos.