En la Los Ángeles de 1928, la vida de Christine Collins toma un giro devastador cuando su hijo, Walter, desaparece misteriosamente. Desesperada, se une a la búsqueda y, tras varios meses de angustia, la policía finalmente le presenta a un niño que aseguran es su hijo. Sin embargo, Christine niega la afirmación, convencida de que el chico no es Walter. A pesar de su insistencia, las autoridades, motivadas por un deseo de cerrar el caso, le exigen aceptar la situación. Atrapada entre el dolor y la impotencia, decide luchar y buscar la verdad sobre el destino de su hijo.
La historia se torna más oscura cuando Christine se enfrenta a la corrupción y negligencia de la policía y el sistema judicial. Su lucha por la justicia le lleva a desafiar no solo a los hombres uniformados, sino también a los propios valores de la sociedad de la época. Al llegar a una clínica psiquiátrica, su resistencia es considerada locura, poniendo en riesgo aún más su búsqueda. A lo largo de la narración, Christine se convierte en el símbolo de la lucha de una madre que no se rinde, mientras que el entorno a su alrededor se revela como un laberinto de conspiraciones y secretos oscuros.
En un desenlace tenso e impactante, Christine comienza a desentrañar la verdad detrás de la desaparición de su hijo y la serie de eventos que transformaron su vida en una pesadilla, recordando que a veces la lucha por la verdad es más fuerte que el mismo dolor.