En plena era de la Gran Depresión, una joven y excéntrica heredera llamada Irene, parte de una familia adinerada pero disfuncional, se encuentra en un establecimiento de lujo donde se realiza un curioso concurso de "hombres perdidos". Allí, se cruza con Godfrey, un hombre sin hogar que, cansado de su situación, se convierte en el inesperado objeto de atención de Irene. Ante la atrevida propuesta de actuar como su sirviente, Godfrey acepta el desafío, pero lo que comienza como un juego pronto se convierte en una serie de enredos y malentendidos.
A medida que la familia de Irene se enfrenta a sus propios problemas y extravagancias, la presencia de Godfrey cambia el rumbo de sus vidas. Él, con su gran ingenio y perspectiva aguda, logra desenmascarar las absurdidades de la alta sociedad mientras se convierte en un inusual consejero en la casa. La relación entre Irene y Godfrey florece, revelando las capas de sus personalidades y el contraste entre el verdadero valor de uno mismo y la superficialidad del dinero.
Al mismo tiempo, Godfrey lidia con sus propios misterios, secretos sobre su pasado que, al salir a la luz, cuestionarán las decisiones y la percepción que los demás tienen sobre él. Con un tono ligero pero reflexivo, esta comedia ofrece una crítica social ingeniosa sobre la clase y las relaciones humanas, demostrando que, al final del día, el amor y la dignidad valen mucho más que el estatus o la riqueza.