En el Nueva York de los años 40 y 50, seguimos la tumultuosa vida de Jake LaMotta, un talentoso pero tormentoso boxeador que lucha tanto en el ring como fuera de él. LaMotta, interpretado por un Robert De Niro en su mejor forma, es un verdadero torbellino: su ira incontrolable y su obsesión por la victoria lo llevan a convertirse en campeón de peso medio. Sin embargo, su éxito en el deporte es opacado por su personalidad destructiva que afecta sus relaciones personales, especialmente con su esposa Vickie y su hermano Joey.
A medida que Jake asciende en el mundo del boxeo, sus demonios internos lo persiguen. La inseguridad y los celos se apoderan de él, convirtiendo su vida en un ciclo de violencia que lo lleva a perder amigos y alianzas. Las peleas en el ring son solo una extensión de sus luchas internas, salpicadas de momentos crudos que revelan su vulnerabilidad. No solo se enfrenta a sus contrincantes, sino también a su propia naturaleza autodestructiva.
La película no solo retrata la historia de un boxeador, sino que ofrece una intensa exploración de los límites de la masculinidad y la lucha contra los propios fantasmas. A medida que la carrera de Jake se desmorona, se enfrenta a la dura realidad de su vida, aprovecha la oportunidad para reflexionar sobre el amor, la pérdida y la redención. Es una obra maestra que captura la esencia de lo que significa ser humano, con todas sus contradicciones.